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Primer Equipo

El sueño se evapora en el 118'

El Andorra lo ha luchado hasta el final y ha tenido el sueño a tocar, pero cuando parecía que la clasificación para la tercera ronda de la copa se decidiría desde los once metros, un gol de Santi Mina a dos minutos del final ha hecho despertar al conjunto de Eder Sarabia. Antes del 1-2, los tricolores habían plantado cara e incluso se habían mostrado superiores en el primer tiempo; la segunda parte, y sobre todo la prórroga, se le ha hecho larga al conjunto local, que ha acabado sucumbiendo de la manera más cruel.

A pesar de que el Celta se ha avanzado al poco de empezar, con una rápida internada por la banda de José Fontán en el minuto 14, el Andorra ha hecho un partidazo en los primeros 45 minutos. Antes del gol visitante, en el 6', Carlos ha tenido una ocasión clarísima después de un buen pase atrás de Eudald, pero ha topado con las piernas de un defensa. El susto de Carlos ha servido para acabar con unos primeros cinco minutos de dominio gallego. A partir de aquí, los de el Chacho Coudet ya no han vuelto a inquietar la portería de Nico Ratti, mientras que los tricolores han disfrutado de la posesión y las mejores ocasiones. Hevel, solo ante el portero, ha chutado al muñeco (26') y en el 40', finalmente ha llegado el empate. En un saque de esquina, Adri Vilanova se ha impuesto a todo el mundo y a pesar de que Rubén Blanco ha hecho una magnífica parada, el árbitro ha considerado que la pelota había traspasado la línea de gol.

En la segunda parte, pero, la historia ha sido diferente. El Celta ha ido ganando terreno y ha encerrado al Andorra en su campo, que se ha hecho un harto de correr sin pelota. Eso sí, después de un gran pase de Carlos Martínez, Rubén Enri ha tenido la opción de cambiar el marcador, pero en el uno contra uno ha topado con Rubén Blanco. Aparte de esto, el duelo ha hecho bajada hacia la portería de Nico Ratti, a pesar de que los locales han resistido bastante bien.

Así ha sido también la prórroga. El Andorra ha hecho un tímido paso adelante en el tramo inicial, pero inevitablemente ha ido reculando hacia su portería, esperando hacer un gol al contragolpe o llegar a los penaltis. La copa le debía una al Andorra después de la dolorosa derrota hace dos años en la tanda de penaltis contra el Leganés y a esto se ha aferrado el equipo. Pero cuando todo parecía sentenciado para el 1-1, ha llegado el gol de Santi Mina, que ha caído como un cubo de agua fría sobre los cerca de 2.000 tricolores que hoy llenaban la gradería del Nacional.

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